Hace unos años que vengo recopilando algunos relatos. En esta misma web he publicado algunos. Estas pequeña historias me ayudan a mantener la dinámica de la escritura y la imaginación activa. Es un peligro porque puedo terminar pensando en continuar la trama, cuando debo frenarme porque mi intención es emocionar en pocas páginas. Tengan por seguro que los relatos suelen ser recursos a los que acudo cuando debo afianzar una novela, idear un buen enfoque o simplemente inspirarme.
Hasta el momento tengo tres publicados en Amazon. Lo hice así porque es una manera de que las lectoras dudosas conozcan mi pluma y se animen a leer El Rumor de las folías. Que solo me centre en esta novela es porque los relatos los suelo escribir como Yara Medina. Tienen un contexto histórico importante, sus personajes tratan de mostrar la vida en aquella época, pero sobre todo, tienen un gran componente canario.
Dejo el enlace más abajo por si les pica la curiosidad y quieren saber de estos pequeño sorbos de romances históricos.
Las Islas Canarias son famosas por su Carnaval. Esto no hubiera sido posible sin sus gentes y las ganas de celebrar esta festividad durante siglos. Si te perdiste la Curiosidad Histórica que subí a las Redes Sociales, por aquí te dejo la última.
En esta ocasión el relato describe una historia desarrollada en la época contemporánea. Aunque debo de advertirles de que el texto está impregnado de la nostalgia que posee el paso del tiempo.
A continuación les dejo Bailar el Mundo. Un relato que les llevará a recorrer la vida de dos jóvenes desde la adolescencia hasta la edad adulta.
Sinopsis:
Alicia quiere subirse al tren de la vida para buscar experiencias intensas, no se conforma con el ahora; ella está comprometida con el futuro, allá donde se encuentre. Por su parte, Carlos, algo más modesto, se conforma con verla regresar de cada aventura, pues sabe que nadie puede frenar la danza de Alicia. Ambos son conscientes de que les une una gran amistad, esa que nadie logra comprender y que solo ellos saben llevar. Los años pasarán y será el destino quien los obligue a afrontar lo inevitable...
En estos días de encierro he querido aportar mis pequeñas historias para hacer más llevadera la espera. El pasado sábado me fui al apartado de este blog «Asómate y Encuentra» para rescatar el relato La Semilla de un Rumor y lo compartí en las redes sociales.
Hoy me siento en este alféizar para invitarles a recorrer Gran Canaria con La Diosa Teline. Este relato les llevará por los barrancos de la isla junto a una expedición de botánicos ingleses a finales del s. XIX. Confieso que escribir sobre Micaela y su pasión por la naturaleza me resultó tan adictiva que tuve que frenar mis palabras pues se trataba de un relato y no de una novela. Quizá la vida me dé la oportunidad de ahondar en su historia y hacerla más extensa. Pero por ahora, les dejo disfrutar de esta escapada al pasado…
Este año me gustaría regalarles un relato. No soy dada a las historias cortas pero me pidieron que participara en una antología y este fue el resultado. De nuevo les haré viajar al pasado, a las Islas Canarias. Deseo que lo disfruten tanto como lo hice yo pues cada vez que indago sobre el pasado rescato hechos jugosos para crear personajes. Como en todas mis novelas me baso en hechos reales para dar rienda suelta a mi imaginación. Los nombres que cito son ficticios pero todo lo relacionado a las expediciones son ciertas.
Cae la tarde y yo ando por casa con la mente puesta en la lista de cosas que me quedan por hacer. La luz, que hacía un momento iluminaba la estancia, se vuelve tenue. El cambio de temperatura es patente por lo que voy en busca de abrigo. La curiosidad hace que me dirija a la ventana más cercana. Escucho voces al otro lado y el miedo me hace recelar. Algo extraño está pasando ahí fuera que me mantiene alerta. Me digo que son tonterías mías, que las voces no pueden pertenecer a nadie pues me encuentro en la planta alta de la vivienda.
Levanto con decisión mi mano para apartar las cortinas y tardo largos segundos en procesar lo que ven mis ojos. La montaña de origen volcánico que suelo ver desde mi ventana ha desaparecido. No hay casas, ni asfalto, nada que me recuerde a la civilización moderna. Una amplia pradera se extiende ante mí, lo cubre la hierba salpicada de manchas violetas producidas por el brezo escocés. Algunas rocas, rodeadas de arbustos de más altura, se encuentran próximas a donde me encuentro. Abro una de las hojas para asomarme al otro lado. El frío es tan intenso que no puedo dudar de su existencia. Me maravillo con las vistas mientras me apoyo en el alféizar para adentrarme un poco más en el nuevo mundo que estoy descubriendo.
Las voces vuelven a alzarse; y a mi casi se me detiene el corazón al toparme con la imagen de una joven surgiendo de los arbustos. Me entra el pánico, pero mis ojos recaen en ella y detienen mi huida. Su sonrisa y su caminar son pausados mientras se acerca.
Estos últimos meses el blog ha tenido un aumento de suscripciones. En agradecimiento a estas personas, he decidido compartir este relato corto con tod@s ell@s.
«La semilla de un rumor» es una historia que surge cuando me invitan a participar en la antología La Primavera Solidaria de Cristian. El relato nos lleva a la juventud de Eugenia Artiles, un personaje que aparece en El rumor de las folías. Sin previo aviso, se coló en mi mente y me exigió que contara su historia. Doña Eugenia es así, no pide, exige. Y como verán, no pude resistirme. La idea de contar la historia de amor de los padres de Tomás y Ramón Westerling tomó fuerza; y este es el resultado.